martes, 25 de marzo de 2008
1 Litro de Lagrimas
♥Siempre pasamos al lado del otro en la estación, donde revotan los copos de nieve. Aunque me escabullo en la multitud, estamos mirando el mismo cielo. Estamos congelándonos. Te veré más tarde, como si fueramos soplados por el mismo viento. Probablemente no sé todo sobre tí, aún así entre 100 millones de personas, te encontré. No tengo bases para esto, pero es realmente lo que pienso. No hay peleas que sean triviales. No podemos vivir juntos al mismo tiempo. Si no podemos ser nosotros mismos , entonces la felicidad & las tristezas son ambas sólo mentiras. Copos de nieve, cuando nos pintaste de blanco, todo el camino hacia mi corazón. ¿Nuestra soledad? Podremos entonces entenderla? Presionando mi oído contra tu corazón. Quiero bajar hacia el sonido de tu voz, hasta que baje así de profundo, dejame encontrarnos ahí otra vez. Quiero que entendamos. Yo fuí el único, quien acarició la superficie. Aún cuando nosotros estubiéramos unidos por estar sosteniéndonos las manos por el frio entumidas. Copo de nieve, tú, en una forma que es muy delicada, vuelve la eternidad, una mancha en el áspero asfalto más adelante. Copo de nieve, cuando nos pintaste de blanco todo el camino hacia mi corazón, Nuestra soledad la envolviste & la devolviste al cielo.♪
Kitou Aya nació en 1962 en una familia modesta de Japón. Su padre tenía una tienda de tofu y su madre era consultora de salud. Tenía dos hermanos. Un día, después de desarrollar una torpeza inusual en ella, acudió al médico. Después de realizar algunas pruebas de rutina, descubrieron que algo no iba bien. Era difícil de creer en una chica tan joven, solo 15 años, pero el diagnóstico no mentía. Degeneración espinocerebral.
La degeneración espinocerebral, nombre traducido del inglés, es una de las tantas enfermedades neurológicas que no tienen una causa conocida y que no tienen cura. Existen medicamentos que pueden ralentizar su desarrollo, pero la enfermedad no se rige por las mismas pautas en todos los pacientes. En el caso de Aya, el desarrollo fue muy rápido. Al principio, las órdenes que daba su cerebro para coger objetos o calcular distancias dejaron de cumplirse. Después perdió la fuerza para agarrar objetos y empezó a tener dificultades para andar y para hablar. Cuando asimiló que jamás podría volver a andar, perdió el habla y, diez años después del diagnóstico, murió.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario